miércoles, 4 de agosto de 2010

Sobre el valor y el deseo...

Seguramente también has escuchado ese discurso de la "pérdida de valores". ¿Ya buscaron bien?, podrían estar entre los cojines del sofá como me pasó a mí con un celular que tuve...

Podría ironizar mucho más, pero eso lo dejo a los maestros como Woody Allen o Matt Groening. La cuestión principal que quiero tratar aquí, es que la citada frase (que no pienso repetir mucho, pues me causa algo entre coraje, frustración y una sensación caracterizada y definida por Olallo Rubio como "ardor de cola") se ha vuelto una muletilla más del vocabulario popular, una explicación fácil y de amplia aceptación para los crecientes problemas de la sociedad y el ser humano. Sí, el mal gobierno, la codicia, el narcotráfico, los medios basura, la pornografía en internet, el cinismo, la depresión colectiva y progresiva, la falta de sentido, el caos vial, el reggaetón, el fanatismo, los sindicatos chupacabras, las guerras de los gringos, el dictador de Corea del Norte y el de Venezuela, y todos los demás cánceres de la humanidad se explican con esas tres sencillas palabras.

No hace falta ser Sócrates para darse cuenta que esta idea es el equivalente ideológico a tocar el timbre de una casa y correr.

¿Qué son los valores?
Bueno, no me atrevo a definirlos según la creencia popular, pues han creado un Frankenstein conceptual con ellos (si, con tornillos en el cuello, cabeza cilíndrica y toda la cosa). Pero en realidad la definición es, como dice un poema de Neruda: "clara como una lámpara, simple como un anillo". Un valor es aquello a lo que uno le da valor (si, tan sencillo que es bobo... duh!). Para Homero Simpson, las donas son un valor, para Gene Simmons, el dinero es un valor, para Yoda la Fuerza es un valor... no se si me explique.

Entonces... ¿Cualquier cosa puede ser un valor?
Depende... ¿Acaso le das valor a cualquier cosa?, si es así, pues sí, pero entonces eso te hace un idiota.

¿Se puede vivir sin valores?
No, en el momento en el que no le das valor a nada, mueres.

Esto lo descubrió empíricamente (y por las malas, cabe destacar) el neurólogo y psiquiatra humanista Viktor E. Frankl, cosa que describe en su libro El Hombre En Busca De Sentido. Si nada tiene valor para ti, nada te genera interés, nada provoca que te levantes por la mañana a hacer algo, siquiera a vivir, y te extingues como una vela. El valor alimenta al deseo y viceversa, valoro lo que deseo y deseo lo que valoro.

¿Entonces, por qué se dice que se están perdiendo los valores? ¿A caso terminaremos muertos todos?
Bollocks!...
Pongamos el ejemplo del prototipo del ser humano "desvalorizado". Un capo del narcotráfico, y sólo por ponerle nombre, que sea el afamado Mayo Zambada...
¿Por qué hace lo que hace? Bueno, seguramente es un amante de los bienes materiales, el poder, la adrenalina entre otras cosas. Esos son sus valores, aunque seguramente tendrá muchos más. Y no, no son los mejores que un ser humano puede tener, pero son valores.

Cámara banda, ya capté que en realidad los valores no se pueden perder ni se están perdiendo y que pasaría si ese fuera el caso, pero entonces... ¿Qué es lo que nos jode tanto?

                                                                                                                                2 B Continued...

1 comentario:

  1. Querido Emilio: Felicidades por tu blogspot! no cabe duda que eres todo un señor, por eso te admiro!
    Me encantó eso de los valores!. De hecho, hace unos días fuí a un curso de mi servicio social y precisamente hablabamos de los valores, ¿qué son?, ¿para qué sirven?, etc. Nosotros llegamos a una definición muy sencilla: "un valor es cualquier cosa que te motiva a hacer algo".
    Creo que este tema es un tanto subjetivo, pero es muy interesante.
    Bueno, espero poder haber aportado algo enriquecedor a tu espacio. Saludos
    Pily

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