martes, 3 de agosto de 2010

El "breakthrough"

La internet... Oooh, la internet... Ese universo paralelo, tan parecido a la mente humana. Si lo pensamos un poco, el universo de la web en su contenido es un reflejo fiel de la mente del homo sapiens promedio, pues en ella encontramos información de todo tipo, artes, opiniones, sexo, gatos, fotos, videos y demás perversiones en la misma proporción en la que se encuentran en la mente del ser humano. La diferencia es sólo en las proporciones... multiplica la mente de cualquiera por el número de usuarios de la internet y voilá. 

Como ya he dicho, la internet representa al promedio, por lo que es irremediablemente vulgar (entendida ésta palabra en un sentido etimológico). Al agregar la palabra "internet" a ciertas cosas o acciones se puede destruir el interés o emoción que pueda generar. Por ejemplo, si conoces a alguien y te dice: "conduzco un programa de radio", seguramente captará tu atención, puede ser alguien importante, puede ser alguien inteligente, puede tener mucho dinero, seguro se codea con gente poderosa / rica / famosa / sexy / snob / whatever. En cambio, si te dice: "tengo un programa de radio ...por internet", seguro pensarás: "otro imbécil que se cree muy importante". 

Entonces, ¿por qué tomarme la molestia de escribir aquí?...
Primeramente, seguro creo que tengo algo que decir (aunque no sea necesariamente cierto). Quien me conozca, sabrá que tengo opiniones duras, que me encanta la ironía, los argumentos e incluso el blah blah. Sería ilusorio pretender llegar a las masas o hacerme de reputación. No necesariamente quiero ser leído, sino más bien es sólo el escribir. ¿Sobre qué?, te preguntarás como yo me pregunto. Bueno, yo se que alguien leerá esto en algún momento, tal vez algún despistado internauta, algún ocioso mayúsculo, o al menos mis amigos para quedar bien o simplemente por el chisme. Y creo que si he de ser leído, al menos no he de insultar al lector con la basura que inunda la blogósfera. Procuraré no reportar al blog los detalles frívolos de mi cotidianidad como que me despertó un mosco en la noche, o que chocaron enfrente de mi casa o cuantas veces fui al baño en la última semana o cosas así.

Hay una línea muy difusa que separa lo interesante y lo que vale la pena ser compartido, y la basura que en última instancia sólo le interesa a uno y que debe quedar bien guardada en la propia mente. ¿Cómo distinguir entre una cosa y otra? Bueno, ese es casi un arte. Se requiere de buen juicio, elegancia, discreción y modestia que seguramente yo no tengo, pero me esfuerzo en cultivar. 

En fin, sólo me divierto.

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