Viajar en transporte público no es la experiencia más agradable. El calor, los tumultos, el aire viciado, los olores, el ensardinamiento, el calor, los vendedores, la bestialidad de los operarios, el pinche calor, el inevitable frotamiento de cuerpos y demás cosas tan simpáticas. Y lo peor (si, peor que el calor), es la sección de mujeres. Siento que es una regresión, la aceptación de la incapacidad para convivir respetuosa y sanamente. Y lo más terrible es que es necesario.
Hasta hace unos días se liberaron al público las fotografías tomadas en Hiroshima después de que se soltó la bomba atómica, y en este momento se exhiben en Nueva York. Han pasado más de sesenta años y no se exhibieron antes para no causar remordimiento en la población.
En algún momento se nos empezó a asumir como infantes incapaces de procesar la realidad, se nos negó la posibilidad de tener criterio propio. Cedimos las riendas en muchas esferas de nuestras vidas. No merecemos conocer las primeras causas ni los fines últimos. El por qué de las cosas va mas allá de nuestra comprensión y no somos dignos de la verdad. Pero de nuevo, lo más terrible, es que en muchos casos es cierto.
Es urgente reclamar nuestro derecho a pensar y decidir, nuestro derecho a ser responsables. El derecho a la verdad, a la autonomía, a la auto determinación. Y no hay otra forma de hacerlo sino mereciéndolo. No hay otro camino que demostrar capacidad y madurez en lo individual y en lo colectivo, y en cada una de las esferas de nuestras vidas. Esto es la anarquía consciente. La anarquía no es la negación de la autoridad ni de las normas, no es destructiva sino constructiva. Por definición la anarquía no es impositiva pues en la anarquía el flujo del orden es desde el individuo hacia el exterior. El individuo es consciente de sus actos y de sus consecuencias, se asume como unidad funcional de un sistema, entiende las primeras causas y los últimos fines, entiende su función: no necesita de ser arreado, sabe hacia donde ir y por qué va hacia ahí. Fundamentalmente, la anarquía no es la ausencia de gobierno, sino el que éste sea prescindible en lo individual.
La anarquía no es para todos, requiere de un nivel muy alto de consciencia. Implica el entender el sistema como una "gestalt", ser consciente de las interacciones entre elementos aparentemente desvinculados, tener una visión amplia y unificadora así como un espíritu constructivo. La anarquía es anti-egoísta.
Los sistemas biológicos son anárquicos. En un organismo, cada célula realiza su función aportando a la realización de un proyecto gigante. Toma lo que necesita y deja lo que no. Ninguna célula es más importante que otra, ninguna pretende controlar a las demás y a pesar de que todas son necesarias, ninguna es imprescindible. Y lo más importante: dentro de cada una habita la semilla del sistema completo. Las células no son conscientes de su labor, de su función ni de su importancia. No son conscientes de lo que construyen colectivamente. Hacer esto mismo conscientemente tiene una valía inmensa, las células no pueden elegir, nosotros sí. No hay ninguna gracia en hacer lo mejor cuando no se puede hacer otra cosa, pero hacerlo pudiendo elegir hacer otras mil cosas más, es invaluable.
La anarquía global es una locura porque, como dije antes, es individual por definición. La imposición de la anarquía, además de imposible, es antianárquica. Suprimir o desconocer las normas y las instituciones es enfermo. Siempre habrá ciegos de consciencia que necesiten del lazarillo de las leyes, quien no alcance a comprender los porqués más profundos y quien no pueda tener intereses más altos que los propios. Pero también creo firmemente en que siempre también habrá quien pueda estar siempre un paso adelante de las mismas normas e instituciones: las células pensantes.
Los cuentos que yo cuento
miércoles, 8 de junio de 2011
martes, 25 de enero de 2011
Big fat liars
Puedo tolerar a los noticieros parciales, tendenciosos y sensacionalistas, a los programas gringos mal traducidos y doblados, a las series atrasadas por más de dos temporadas y a los "fantasmas" y la "nieve" cuando hay mala recepción. Lo que sobrepasa mi límite cuando veo televisión abierta, son los comerciales. A sabiendas de que la televisión de paga ya está más que repleta de los mismos comerciales (y aún peor: infomerciales) que la televisión nacional, aun siento una sutil pero molesta diferencia.
No siento necesidad por deconstruir y analizar la generalidad de la publicidad televisiva, puesto que para eso hay libros de sobra. Sólo tengo una incontenible necesidad de expresar mi repudio por la mentira. Si bien es cierto que me molestan el cliché, el morbo, lo "aspiracional", las "demostraciones", y todo cuanto está mal en la publicidad, la mentira sobrepasa la simple molestia. La mentira me ofende. Me ofende el descaro con el que se puede decir algo que claramente es una mentira redonda ante millones de personas sin que haya una voz lo suficientemente fuerte (o muchas débiles) como para negar el espacio de un medio. Pero la voz más fuerte no es (y ni cerca está de serlo) la de la sociedad confundida, ignorante e indiferente, sino la del dinero y su poseedor, y es obvio que el poseedor del dinero no lo obtiene sino de la sociedad misma. Es decir, las pulseras Power Balance existen gracias a que hay gente lo suficientemente idiota para comprarlas, y eso, antes que cualquier otra cosa es triste.
Tomaré como ejemplo éste producto por ser el que más me encabrona:
Al precio de $600 pesos la unidad, la gente que la compra no es precisamente indigente, vamos, yo soy un estudiante de licenciatura de clase media y no pago tan fácilmente más de esa cantidad para ir a un buen concierto. Es decir, quien compra una pulsera de éstas no es pobre. Si no es precisamente pobre, tampoco debe ser lo suficientemente ignorante como para tragarse eso de que un "círculo holográfico de mylar" retiene, transmite o genera energía. Tampoco espero que cualquiera entienda a profundidad qué es un holograma y cómo se produce (cosa que tampoco podría explicar yo) o siquiera sepa que el mylar es un polímero, pero tampoco me puedo imaginar a los miles (y vaya que los hay) que compran ésta pulsera. ¿Cómo sería vivir en una colonia repleta con esta gente? ¿Qué empleos hay donde se gane lo suficiente para poder comprar una pulsera de $600 y donde no importe que se sea tan irreflexivo, ignorante y manipulable?
De verdad, no se qué me asusta más: el que se permita la difusión masiva de mentiras tan flagrantes, o el que haya tanta gente que las crea.
El poder que tiene la mentira es sólo el que le ha otorgado la sociedad. Hay cientos que crean la mentira, miles que la creen, y millones que la legitiman con su indiferencia.
No siento necesidad por deconstruir y analizar la generalidad de la publicidad televisiva, puesto que para eso hay libros de sobra. Sólo tengo una incontenible necesidad de expresar mi repudio por la mentira. Si bien es cierto que me molestan el cliché, el morbo, lo "aspiracional", las "demostraciones", y todo cuanto está mal en la publicidad, la mentira sobrepasa la simple molestia. La mentira me ofende. Me ofende el descaro con el que se puede decir algo que claramente es una mentira redonda ante millones de personas sin que haya una voz lo suficientemente fuerte (o muchas débiles) como para negar el espacio de un medio. Pero la voz más fuerte no es (y ni cerca está de serlo) la de la sociedad confundida, ignorante e indiferente, sino la del dinero y su poseedor, y es obvio que el poseedor del dinero no lo obtiene sino de la sociedad misma. Es decir, las pulseras Power Balance existen gracias a que hay gente lo suficientemente idiota para comprarlas, y eso, antes que cualquier otra cosa es triste.
Tomaré como ejemplo éste producto por ser el que más me encabrona:
Al precio de $600 pesos la unidad, la gente que la compra no es precisamente indigente, vamos, yo soy un estudiante de licenciatura de clase media y no pago tan fácilmente más de esa cantidad para ir a un buen concierto. Es decir, quien compra una pulsera de éstas no es pobre. Si no es precisamente pobre, tampoco debe ser lo suficientemente ignorante como para tragarse eso de que un "círculo holográfico de mylar" retiene, transmite o genera energía. Tampoco espero que cualquiera entienda a profundidad qué es un holograma y cómo se produce (cosa que tampoco podría explicar yo) o siquiera sepa que el mylar es un polímero, pero tampoco me puedo imaginar a los miles (y vaya que los hay) que compran ésta pulsera. ¿Cómo sería vivir en una colonia repleta con esta gente? ¿Qué empleos hay donde se gane lo suficiente para poder comprar una pulsera de $600 y donde no importe que se sea tan irreflexivo, ignorante y manipulable?
De verdad, no se qué me asusta más: el que se permita la difusión masiva de mentiras tan flagrantes, o el que haya tanta gente que las crea.
El poder que tiene la mentira es sólo el que le ha otorgado la sociedad. Hay cientos que crean la mentira, miles que la creen, y millones que la legitiman con su indiferencia.
sábado, 1 de enero de 2011
Piano Jazz Pt. 2
y después de mucho, mucho tiempo...
En mi entrada previa, publiqué breves reseñas de cinco de mis diez pianistas / teclistas favoritos del jazz, todos ellos grandes maestros del género y de su instrumento, pero he de confesar que su música es aún nueva para mí, pues los descubrí por ser influencia e inspiración de los siguientes "piano heroes".
Sin embargo, mi preferencia sigue propendiendo a los cinco que les presento esta vez. Tal vez porque me son más cercanos o porque no tolero ver videos en blanco y negro o porque su música tiene el balance perfecto entre locura y genialidad, pero en realidad no importa, me gustan y ya.
Herbie Hancock (1940 - ):
La experimentación es una parte fundamental del jazz, pero en la música de Hancock, la experimentación es la regla. Empezó a tocar piano a los siete años con una formación clásica. Más tarde, se vio influido por pianistas como Oscar Peterson y Bill Evans, adentrándose en el jazz y el blues. Estudió un par de años de ingeniería en electrónica, donde se aproximó a los primeros instrumentos electrónicos. Abandonó la ingeniería para dedicarse de lleno a la música ganando fama hasta lograr un contrato individual en el Blue Note. A los 23 años, Miles Davis lo invitó a formar parte de su banda, con la cual tocó durante 5 años, donde Davis lo incitó a tocar con el piano electrónico Rhodes. Con Miles Davis, participó en los álbumes In A Silent Way y el divertidísimo Bitches Brew.
Tras los años con Davis, empezó una carrera de solista donde introduciría al jazz los sintetizadores y cualquier cantidad de fusiones con funk, rock, R&B y electrónico.
Ha tocado con todos los grandes del siglo XX y se nota en todo lo que toca, su música es variada y creativa, puede usar un keytar para tocar melodías eminentemente clásicas o un piano para tocar el funk más groovy.
http://www.youtube.com/watch?v=wSRir3n1ifg&feature=related
La experimentación es una parte fundamental del jazz, pero en la música de Hancock, la experimentación es la regla. Empezó a tocar piano a los siete años con una formación clásica. Más tarde, se vio influido por pianistas como Oscar Peterson y Bill Evans, adentrándose en el jazz y el blues. Estudió un par de años de ingeniería en electrónica, donde se aproximó a los primeros instrumentos electrónicos. Abandonó la ingeniería para dedicarse de lleno a la música ganando fama hasta lograr un contrato individual en el Blue Note. A los 23 años, Miles Davis lo invitó a formar parte de su banda, con la cual tocó durante 5 años, donde Davis lo incitó a tocar con el piano electrónico Rhodes. Con Miles Davis, participó en los álbumes In A Silent Way y el divertidísimo Bitches Brew.
Tras los años con Davis, empezó una carrera de solista donde introduciría al jazz los sintetizadores y cualquier cantidad de fusiones con funk, rock, R&B y electrónico.
Ha tocado con todos los grandes del siglo XX y se nota en todo lo que toca, su música es variada y creativa, puede usar un keytar para tocar melodías eminentemente clásicas o un piano para tocar el funk más groovy.
http://www.youtube.com/watch?v=wSRir3n1ifg&feature=related
No tenía idea de que esto había pasado, tanto así, que si no lo veo no lo creo.
Chick Corea (1941 - ):
Stan Getz, Dizzy Gillespie, Sarah Vaughan, Herbie Hancock, Miles Davis, Tony Braxton, Stanley Clarke, Al Di Meola, John Mclaughlin, Bobby McFerrin, Bela Fleck, Gary Burton, John Patitucci, Scott Henderson, Frank Gambale, Dave Weckl, Pat Metheny, Carlos Santana, Hiromi Uehara, Steve Gadd, Kenny Garret (lamentablemente)... Todos han tocado con Chick Corea, al grado que esto pareciera ser un requisito para ser un músico de jazz reconocido.
Chick Corea es una máquina de ganar Grammys (o pequeños gramófonos de oro), lo que le ha traído muchos detractores que consideran que está supravalorado, y tal vez otros jazzistas menos conocidos también merecen un gramofonito, pero de que Chick Corea es grande, es grande.
Empezó a tocar a los cuatro años y subió como la espuma, pues antes de cumplir 27 años ya tocaba con Dizzy Gillespie y Sarah Vaughan. Después, construyó una trayectoria larguísima y sólida a base de grabar muchos discos y tocar con muchos excelentes músicos (llenaría muchas cuartillas con detalles de esto último). El estilo de Corea contiene mucho de jazz fusión pero también de jazz acústico, aunque básicamente, ha tocado de todo.
En fin, es muy difícil escribir de Chick Corea sin hacer un tratado del jazz post-bop y un directorio de todos los que han tocado con él. Incluso recomendar un sólo album o un concierto es extremadamente difícil, pues aunque tiene algunos álbumes algo "tibios", tiene muchos más extraordinarios, así como colaboraciones, conciertos y presentaciones especiales. Oh, casi olvido mencionar que va a la misma iglesia que Tom Cruise, donde es casi como el papa.
En fin, sólo puedo sugerir que de él veais muchos videos y escucheis muchas canciones...
Por lo pronto, una de las piezas más emblemáticas de Chick Corea interpretada por él mismo junto con Hiromi Uehara (pianista del grupo de Stanley Clarke), Spain:
http://www.youtube.com/watch?v=BRU1o-sCnqY
Michel Camilo (1954 - )
Los negros crearon el jazz, los negros crearon los ritmos latinos. ¿Por qué no fusionarlos? En realidad no creo que a los grandes de la salsa les haya costado mucho trabajo la transición, era más bien el curso natural de las cosas. Los músicos latinos buscaban introducir nuevos recursos armónicos y rítmicos, frescos y arriesgados. No tuvieron que inventar mucho pues mucho de esto ya existía en el jazz.
Michel Camilo es uno de esos músicos que sientan precedente demostrando que siempre se puede llegar mas allá. Es uno de los que decidieron apegarse a sus raíces pero también hacer más con ellas. Por otro lado, es único en su ejecución. Nadie toca como él, nadie:
http://www.youtube.com/watch?v=pw8Ff0FzfYk
(Por favor notar la presencia de Horacio "el negro" Hernández a la batería)
John Medeski (1956 - )
No importa que no sepas quien es John Medeski, no importa que no sepas que lo que estás escuchando es fusión jazz-funk y no entiendas por qué tiene tantos teclados a su alrededor... cuando se trata de prender a la banda, nadie como Medeski.
Empezó a tocar a los cinco años instruido por su padre y desde su adolescencia alternaba con monstruos de la calaña de Jaco Pastorius. Estudió piano en el New England Conservatory en Boston, donde se inclinó por el jazz y la improvisación siguiendo el estilo de Oscar Peterson. Al igual que éste, su formación es eminentemente clásica, y se asume a sí mismo como tal. Aprendió contrapunto y armonía occidental al tiempo que aprendía a tocar jazz con Lee Shaw. Medeski tuvo muchos maestros e inspiraciones, pero forjó su estilo tocando a la menor provocación con quien se prestara a dejarse llevar por la música.
Desde sus primeros años, Medeski nunca se ha rehusado a incursionar en estilos e instrumentos y es un experimentador por naturaleza, cualidad que ha sabido explotar junto con otros músicos de su calibre como Chris Wood y Billy Martin, con quienes creó el trío que lo volvió famoso. Medeski puede sentarse tras un sintetizador Moog, un piano Steinway (sólo Steinway), un órgano Hammond, un piano eléctrico o sintetizador Wurlitzer y hasta juguetes más infantiles.
En fin, como botón de muestra les presento una cancioncilla del Sr. Medeski en una de sus facetas más ácidas (aunque no le conozca otras) junto con Dave Fiuczynski (guitarrista de Screaming Headless Torsos), Vog:
http://www.youtube.com/watch?v=lk2Gj5ccEsQ
Brad Mehldau (1970 - )
Después de ver a Mehldau tocar, todos se preguntan si tiene algún problema en la espalda o sólo toca con mucho jícamo. Además de su inconfundible y antiergonómica postura para tocar, la calidad de sus composiciones y la fineza de su ejecución son las marcas de Mehldau. Además de jazz, gusta del buen rock y pop, lo que ha dado como resultado algunos de los mejores covers de Radiohead (y vaya q hay muchos):
http://www.youtube.com/watch?v=F_4fiMIxO2E
Finalmente, solo para contrastar y porque es año nuevo, una colaboración de Brad Mehldau y Pat Metheny que es parte del disco Metheny Mehldau (2006), en una interpretación en vivo que te incluye lo que viene siendo un intro de batería brutal. Ring of Life:
http://www.youtube.com/watch?v=Lp3dsH6BeUA
Chick Corea (1941 - ):
Stan Getz, Dizzy Gillespie, Sarah Vaughan, Herbie Hancock, Miles Davis, Tony Braxton, Stanley Clarke, Al Di Meola, John Mclaughlin, Bobby McFerrin, Bela Fleck, Gary Burton, John Patitucci, Scott Henderson, Frank Gambale, Dave Weckl, Pat Metheny, Carlos Santana, Hiromi Uehara, Steve Gadd, Kenny Garret (lamentablemente)... Todos han tocado con Chick Corea, al grado que esto pareciera ser un requisito para ser un músico de jazz reconocido.
Chick Corea es una máquina de ganar Grammys (o pequeños gramófonos de oro), lo que le ha traído muchos detractores que consideran que está supravalorado, y tal vez otros jazzistas menos conocidos también merecen un gramofonito, pero de que Chick Corea es grande, es grande.
Empezó a tocar a los cuatro años y subió como la espuma, pues antes de cumplir 27 años ya tocaba con Dizzy Gillespie y Sarah Vaughan. Después, construyó una trayectoria larguísima y sólida a base de grabar muchos discos y tocar con muchos excelentes músicos (llenaría muchas cuartillas con detalles de esto último). El estilo de Corea contiene mucho de jazz fusión pero también de jazz acústico, aunque básicamente, ha tocado de todo.
En fin, es muy difícil escribir de Chick Corea sin hacer un tratado del jazz post-bop y un directorio de todos los que han tocado con él. Incluso recomendar un sólo album o un concierto es extremadamente difícil, pues aunque tiene algunos álbumes algo "tibios", tiene muchos más extraordinarios, así como colaboraciones, conciertos y presentaciones especiales. Oh, casi olvido mencionar que va a la misma iglesia que Tom Cruise, donde es casi como el papa.
En fin, sólo puedo sugerir que de él veais muchos videos y escucheis muchas canciones...
Por lo pronto, una de las piezas más emblemáticas de Chick Corea interpretada por él mismo junto con Hiromi Uehara (pianista del grupo de Stanley Clarke), Spain:
http://www.youtube.com/watch?v=BRU1o-sCnqY
Michel Camilo (1954 - )
Los negros crearon el jazz, los negros crearon los ritmos latinos. ¿Por qué no fusionarlos? En realidad no creo que a los grandes de la salsa les haya costado mucho trabajo la transición, era más bien el curso natural de las cosas. Los músicos latinos buscaban introducir nuevos recursos armónicos y rítmicos, frescos y arriesgados. No tuvieron que inventar mucho pues mucho de esto ya existía en el jazz.
Michel Camilo es uno de esos músicos que sientan precedente demostrando que siempre se puede llegar mas allá. Es uno de los que decidieron apegarse a sus raíces pero también hacer más con ellas. Por otro lado, es único en su ejecución. Nadie toca como él, nadie:
http://www.youtube.com/watch?v=pw8Ff0FzfYk
(Por favor notar la presencia de Horacio "el negro" Hernández a la batería)
John Medeski (1956 - )
No importa que no sepas quien es John Medeski, no importa que no sepas que lo que estás escuchando es fusión jazz-funk y no entiendas por qué tiene tantos teclados a su alrededor... cuando se trata de prender a la banda, nadie como Medeski.
Empezó a tocar a los cinco años instruido por su padre y desde su adolescencia alternaba con monstruos de la calaña de Jaco Pastorius. Estudió piano en el New England Conservatory en Boston, donde se inclinó por el jazz y la improvisación siguiendo el estilo de Oscar Peterson. Al igual que éste, su formación es eminentemente clásica, y se asume a sí mismo como tal. Aprendió contrapunto y armonía occidental al tiempo que aprendía a tocar jazz con Lee Shaw. Medeski tuvo muchos maestros e inspiraciones, pero forjó su estilo tocando a la menor provocación con quien se prestara a dejarse llevar por la música.
Desde sus primeros años, Medeski nunca se ha rehusado a incursionar en estilos e instrumentos y es un experimentador por naturaleza, cualidad que ha sabido explotar junto con otros músicos de su calibre como Chris Wood y Billy Martin, con quienes creó el trío que lo volvió famoso. Medeski puede sentarse tras un sintetizador Moog, un piano Steinway (sólo Steinway), un órgano Hammond, un piano eléctrico o sintetizador Wurlitzer y hasta juguetes más infantiles.
En fin, como botón de muestra les presento una cancioncilla del Sr. Medeski en una de sus facetas más ácidas (aunque no le conozca otras) junto con Dave Fiuczynski (guitarrista de Screaming Headless Torsos), Vog:
http://www.youtube.com/watch?v=lk2Gj5ccEsQ
Brad Mehldau (1970 - )
Después de ver a Mehldau tocar, todos se preguntan si tiene algún problema en la espalda o sólo toca con mucho jícamo. Además de su inconfundible y antiergonómica postura para tocar, la calidad de sus composiciones y la fineza de su ejecución son las marcas de Mehldau. Además de jazz, gusta del buen rock y pop, lo que ha dado como resultado algunos de los mejores covers de Radiohead (y vaya q hay muchos):
http://www.youtube.com/watch?v=F_4fiMIxO2E
Finalmente, solo para contrastar y porque es año nuevo, una colaboración de Brad Mehldau y Pat Metheny que es parte del disco Metheny Mehldau (2006), en una interpretación en vivo que te incluye lo que viene siendo un intro de batería brutal. Ring of Life:
http://www.youtube.com/watch?v=Lp3dsH6BeUA
sábado, 16 de octubre de 2010
Piano Jazz Pt. 1
El buen jazz es protagónico. Como muchas cosas buenas, se rehusa a no ser el plato principal, pues sólo se pueden desentrañar sus múltiples mensajes si verdaderamente se le presta atención. De otro modo, sólo son demasiadas notas en armonías extrañas. Tal vez por eso me gusta tanto, porque muchas veces la experiencia de escucharlo, depende más de uno que de la pieza misma. Se presta a que cada vez sea diferente, que una misma pieza funcione a distintos niveles y en diferentes situaciones.
Duke era una una máquina de componer. Se refería a sí mismo como compositor y arreglista más que como pianista, se estima que pudo componer alrededor de 2000 piezas. Entre las que encontramos estándares clásicos como Satin Doll o Take the A train. Supo evolucionar junto con la música, lo que lo llevó a incursionar en diferentes estilos, como el ragtime, el swing y el gospel, manteniendose fiel a su concepción de la música, pues siempre gustó de composiciones más bien orquestales, prefiriendo las big bands a los conjuntos más reducidos. A pesar de ser un excelente instrumentista, nunca pretendió ser el centro de la atención y se hacía rodear de excelentes músicos, lo que mantuvo a su orquesta en un lugar privilegiado por décadas.
Perdido, uno de los estándares más populares de Duke:
http://www.youtube.com/watch?v=vIRzgWmbtKs&feature=related
Art Tatum (1909 - 1956)
Reconocido no sólo como uno de los mejores pianistas del siglo XX, sino también como uno de los grandes ídolos del resto de los grandes pianistas del siglo XX. Como muchos grandes, comenzó a tocar a muy temprana edad, y a pesar de ser casi ciego, desarrolló una técnica y habilidad únicas. Tatum era veloz y preciso, pero también era un innovador en cuanto a la armonía, lo cual contribuyó a que sus conjuntos fueran pequeños, pues pocos músicos podían seguir su paso y comprender su complejo lenguaje musical. Sin duda, la ejecución de Tatum intimidaba a otros músicos, tanto así, que la primera vez que Oscar Peterson escuchó a Tatum, dejó de tocar un mes.
http://www.youtube.com/watch?v=aNAJlqn0nO4
Thelonious Monk (1917 - 1982)
En estos días, poca es la gente que aún piensa en swing y big bands cuando se menciona la palabra "jazz". Afortunadamente, en la década de los 40 los jazzistas estaban hastiados y frustrados por la necesidad de tener bandas gigantes para tocar lo que conocían como jazz, así que un selecto grupo de lunáticos decidió mandar al diablo las restricciones que les imponía el "mainstream" jazzístico y crearon el bebop. El bebop es un estilo de jazz interpretado por bandas pequeñas (batería, contrabajo, sax y piano, por ejemplo), tempos rápidos y estructuras complejas en ritmo, armonía y melodía. Dizzie Gillespie y Charlie Parker desarrollaron el bebop en trompeta y sax respectivamente, mientras que Thelonious Monk lo hizo en el piano.
El bebop o bop, simplemente, fue desde sus inicios un estilo "alternativo" como le llamarían ahora, que no atrajo a las grandes masas debido a su complejidad y que realmente introdujo muchos conceptos totalmente nuevos al lenguaje musical. En su momento, tanto el bop como los que lo escuchaban, eran grupos minoritarios y hasta cierto punto, segregados, y pasaron unos diez años para que se reconociera como un movimiento fundamental, y a sus autores, como unos maestros. Curiosamente, la filosofía del bop, fue también el estilo de vida de Monk, pues en algún momento fue arrestado por posesión de drogas, y pasó los últimos diez años de su vida recluido por una enfermedad mental.
Poseedor de un estilo de improvisación único y creador de muchos estándares emblemáticos como 'Round Midnight y Blue Monk. Os lo presento con su clásico, Straight, No Chaser:
http://www.youtube.com/watch?v=qVb9e1DgKJ4
Oscar Peterson (1925 - 2007)
Nacido en Montreal, comenzó a recibir lecciones de piano a los seis años siendo un excelente aprendiz. Fue seguidor de Art Tatum, con quien tuvo la oportunidad de colaborar durante los últimos años de Tatum. Desarrolló una habilidad y técnica muy refinadas pues practicaba con una constancia excepcional, se dice que en sus primeros años, su madre tenía que quitarlo del piano para que comiera.
Peterson creció musicalmente escuchando tanto swing y bebop, en los que se desenvolvía con soltura. Compuso más de 400 temas aunque se le recuerda más como instrumentista. Grabó con todos los grandes de su época: Charlie Parker, Dizzie Gillespie, Louis Armstrong, Count Basie, Ella Fitzgerald, Art Tatum, Roy Elridge, Joe Pass y muchos más. Al final de su vida, recibió tantos reconocimientos como tenía merecido, no sólo por ser un gran músico sino también por su lucha por la igualdad de derechos.
Behold:
http://www.youtube.com/watch?v=cIkQNti8_EU&NR=1
Bill Evans (1929 - 1980)
El primer no negro de la lista, Bill Evans es sin duda una de las figuras más influyentes del post-bop. Evans se distinguió de la mayoría de los pianistas de jazz de su época porque tuvo una formación clásica antes de adentrarse al jazz, lo que imprimió un sonido y un estilo distintivos en su música. Evans no se consideraba un virtuoso, y decía que tenía que compensar su falta de talento con mucha dedicación. Fue uno de los primeros en alejarse de las raíces africanas del jazz, lo que le valió algunos detractores.
Bill Evans llevó una vida intensa. Al tiempo que trabajó con estrellas del jazz como Charles Mingus y Miles Davis (con quien contribuyó al desarrollo del jazz modal), se casó dos veces pero ambos matrimonios terminaron trágicamente, uno con suicidio. Además de ser un virtuoso, era algo junkie, adicto a la cocaína y a la heroína. Sustancias que contribuyeron a su muerte en 1980 por una insuficiencia hepática.
Sus álbumes más prominentes fueron tal vez el super-ventas Kind of Blue (1959) en donde fue parte del sexteto de Miles Davis y los álbumes como solista New Jazz Conceptions (1956) con fuerte influencia del bebop y Everybody Digs Bill Evans (1958).
Del album New Jazz Conceptions, Waltz for Debbie.
Notar por favor cómo barre desde el clásico hasta el bebop.
http://www.youtube.com/watch?v=dH3GSrCmzC8
*La próxima semana los siguientes cinco*
Así que, para vuestro deleite, he seleccionado a diez de los pianistas del jazz más legendarios y otros menos conocidos, pero igualmente buenos. Para esto, no sigo ningún orden en particular, porque sería imposible e inmoral ubicar a uno encima de otro.
Duke Ellington (1899 - 1974)
Duke era una una máquina de componer. Se refería a sí mismo como compositor y arreglista más que como pianista, se estima que pudo componer alrededor de 2000 piezas. Entre las que encontramos estándares clásicos como Satin Doll o Take the A train. Supo evolucionar junto con la música, lo que lo llevó a incursionar en diferentes estilos, como el ragtime, el swing y el gospel, manteniendose fiel a su concepción de la música, pues siempre gustó de composiciones más bien orquestales, prefiriendo las big bands a los conjuntos más reducidos. A pesar de ser un excelente instrumentista, nunca pretendió ser el centro de la atención y se hacía rodear de excelentes músicos, lo que mantuvo a su orquesta en un lugar privilegiado por décadas.
Perdido, uno de los estándares más populares de Duke:
http://www.youtube.com/watch?v=vIRzgWmbtKs&feature=related
Art Tatum (1909 - 1956)
Reconocido no sólo como uno de los mejores pianistas del siglo XX, sino también como uno de los grandes ídolos del resto de los grandes pianistas del siglo XX. Como muchos grandes, comenzó a tocar a muy temprana edad, y a pesar de ser casi ciego, desarrolló una técnica y habilidad únicas. Tatum era veloz y preciso, pero también era un innovador en cuanto a la armonía, lo cual contribuyó a que sus conjuntos fueran pequeños, pues pocos músicos podían seguir su paso y comprender su complejo lenguaje musical. Sin duda, la ejecución de Tatum intimidaba a otros músicos, tanto así, que la primera vez que Oscar Peterson escuchó a Tatum, dejó de tocar un mes.
http://www.youtube.com/watch?v=aNAJlqn0nO4
Thelonious Monk (1917 - 1982)
En estos días, poca es la gente que aún piensa en swing y big bands cuando se menciona la palabra "jazz". Afortunadamente, en la década de los 40 los jazzistas estaban hastiados y frustrados por la necesidad de tener bandas gigantes para tocar lo que conocían como jazz, así que un selecto grupo de lunáticos decidió mandar al diablo las restricciones que les imponía el "mainstream" jazzístico y crearon el bebop. El bebop es un estilo de jazz interpretado por bandas pequeñas (batería, contrabajo, sax y piano, por ejemplo), tempos rápidos y estructuras complejas en ritmo, armonía y melodía. Dizzie Gillespie y Charlie Parker desarrollaron el bebop en trompeta y sax respectivamente, mientras que Thelonious Monk lo hizo en el piano.
El bebop o bop, simplemente, fue desde sus inicios un estilo "alternativo" como le llamarían ahora, que no atrajo a las grandes masas debido a su complejidad y que realmente introdujo muchos conceptos totalmente nuevos al lenguaje musical. En su momento, tanto el bop como los que lo escuchaban, eran grupos minoritarios y hasta cierto punto, segregados, y pasaron unos diez años para que se reconociera como un movimiento fundamental, y a sus autores, como unos maestros. Curiosamente, la filosofía del bop, fue también el estilo de vida de Monk, pues en algún momento fue arrestado por posesión de drogas, y pasó los últimos diez años de su vida recluido por una enfermedad mental.
Poseedor de un estilo de improvisación único y creador de muchos estándares emblemáticos como 'Round Midnight y Blue Monk. Os lo presento con su clásico, Straight, No Chaser:
http://www.youtube.com/watch?v=qVb9e1DgKJ4
Oscar Peterson (1925 - 2007)
Nacido en Montreal, comenzó a recibir lecciones de piano a los seis años siendo un excelente aprendiz. Fue seguidor de Art Tatum, con quien tuvo la oportunidad de colaborar durante los últimos años de Tatum. Desarrolló una habilidad y técnica muy refinadas pues practicaba con una constancia excepcional, se dice que en sus primeros años, su madre tenía que quitarlo del piano para que comiera.
Peterson creció musicalmente escuchando tanto swing y bebop, en los que se desenvolvía con soltura. Compuso más de 400 temas aunque se le recuerda más como instrumentista. Grabó con todos los grandes de su época: Charlie Parker, Dizzie Gillespie, Louis Armstrong, Count Basie, Ella Fitzgerald, Art Tatum, Roy Elridge, Joe Pass y muchos más. Al final de su vida, recibió tantos reconocimientos como tenía merecido, no sólo por ser un gran músico sino también por su lucha por la igualdad de derechos.
Behold:
http://www.youtube.com/watch?v=cIkQNti8_EU&NR=1
Bill Evans (1929 - 1980)
El primer no negro de la lista, Bill Evans es sin duda una de las figuras más influyentes del post-bop. Evans se distinguió de la mayoría de los pianistas de jazz de su época porque tuvo una formación clásica antes de adentrarse al jazz, lo que imprimió un sonido y un estilo distintivos en su música. Evans no se consideraba un virtuoso, y decía que tenía que compensar su falta de talento con mucha dedicación. Fue uno de los primeros en alejarse de las raíces africanas del jazz, lo que le valió algunos detractores.
Bill Evans llevó una vida intensa. Al tiempo que trabajó con estrellas del jazz como Charles Mingus y Miles Davis (con quien contribuyó al desarrollo del jazz modal), se casó dos veces pero ambos matrimonios terminaron trágicamente, uno con suicidio. Además de ser un virtuoso, era algo junkie, adicto a la cocaína y a la heroína. Sustancias que contribuyeron a su muerte en 1980 por una insuficiencia hepática.
Sus álbumes más prominentes fueron tal vez el super-ventas Kind of Blue (1959) en donde fue parte del sexteto de Miles Davis y los álbumes como solista New Jazz Conceptions (1956) con fuerte influencia del bebop y Everybody Digs Bill Evans (1958).
Del album New Jazz Conceptions, Waltz for Debbie.
Notar por favor cómo barre desde el clásico hasta el bebop.
http://www.youtube.com/watch?v=dH3GSrCmzC8
*La próxima semana los siguientes cinco*
sábado, 9 de octubre de 2010
Nosotros, la tierra, y el clima
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que me senté a escribir aquí. Por motivos desde la auténtica falta de un lapso de tiempo que pudiera dedicar enteramente a ordenar mis ideas y redactar algo coherente, hasta la falta de ideas mismas, refiriéndome a ideas que valga la pena externar, porque ideas per sé, las hay por kilos. De esta manera, y abusando de los pocos tropos a los que mi estilo puede acceder, mi teclado se encuentra entumido, y mi aparato verbalizador, acartonado. Me encuentro en un estado de parálisis semejante al que se sufre estando en la mesa de una boda con gente desconocida, cuando se lucha por encontrar un punto común y una conversación sensata en la que nadie se desmaye de aburrimiento. Así, como todo amateur de la interacción social, recurro... al clima.
¿Ya vieron como entramos al invierno?
¡Fue como si le hubieran bajado el "switch" al verano!
Si, y la verdad, es preocupante.
Creo que colectivamente nos estamos acostumbrando a lo que debiera de ser permanentemente considerado como anómalo. En varias esferas de nuestra vida, nos ha ocurrido lo mismo que a la rana hervida: aquella que se metió en una olla con agua tibia sobre el fuego, y como la temperatura subió lentamente, la rana no se dio cuenta cuando el agua ya estaba demasiado caliente, y la rana misma estaba muerta. Los cambios progresivos nos hacen pensar que las cosas siempre fueron así.
Al parecer, no notamos que nuestro aire se volvió marrón grisáceo, y que respirarlo nos irritaba y enfermaba. No nos dimos cuenta cuando dejamos de tener cuatro estaciones al año y empezamos a tener cuatro estaciones al día. Asimismo, hemos desertificado ecosistemas terrestres y marinos, y al voltear hacia ellos, nos parece que nunca hubo vida ahí. Colectivamente, pensamos que podíamos emprender grandes acciones sin tener grandes consecuencias.
Aún ahora, he leído opiniones de científicos muy serios, importantes, reconocidos e inteligentes, que afirman que el cambio climático no es producto de las acciones humanas. Yo no soy nadie para refutar ésta idea, ni afirmar categóricamente lo contrario. No soy físico de la atmósfera, y no entiendo los complejos procesos que involucran el clima y el equilibrio ecológico. Sin embargo, hay principios fundamentales que se cumplen en todo el universo, y bajo los que emprendo mi análisis. No son leyes científicas, y con ellas no se pueden dar conclusiones cuantitativas, aunque tal vez si cualitativas:
1. A toda acción le corresponde una reacción (tiene que ver con algo que dijo Newton, pero no me refiero a la ley física solamente).
2. Un sistema físico, es más inestable mientras más complejo es.
Siguiendo esa línea de pensamiento, es inconcebible que al introducir alteraciones en un sistema tan complejo como es la atmósfera, éste no presente cambios.
El hecho es que las lluvias, las sequías, el calor del verano y el frío del invierno son más intensos. La temperatura del mar se ha elevado, lo que disminuye la concentración de oxígeno, lo que mata a las algas, con lo que muere la fauna marina. Además, los agroquímicos tienen como destino último el mar, donde fertilizan al fitoplancton y alteran su concentración provocando un efecto dominó en todas las cadenas tróficas del océano, y si fuera poco, se pesca más de lo que el océano puede recuperar, más la navegación, más los accidentes petroleros. Y así podría seguir con el resto del planeta.
No conformes con lo que la ciencia ha comprobado y re-comprobado, también hay otros rumores y teorías que suenan descabelladas, pero que bien podrían tener algo o mucho de verdad. Hablo principalmente del proyecto HARP. El hecho es que en Alaska, en un lugar apartado de la civilización, el ejército estadounidense tiene un conjunto de antenas con una potencia gigante. Ninguna aplicación conocida requiere de semejante potencia para una transmisión. El gobierno estadounidense y su ejército no hablan mucho del tema y los detalles se mantienen como información confidencial. Al parecer, Estados Unidos no es el único país que ha construido algo así, pues hay información de que al menos en China, Israel y Rusia hay algo parecido. Los rumores sugieren que éstas antenas transmiten en frecuencias de radio bajas, y que su objetivo es transmitir energía a la ionósfera, donde cederían su energía para calentar una sección de la ionósfera, lo que elevaría dichas partículas, provocando una zona de baja presión y exceso de partículas cargadas eléctricamente, lo que produciría cambios en el clima de algún lugar.
Hay quien dice que a través de ésta técnica se pueden producir tormentas, sequías e incluso monzones o huracanes. Se dice también que aún no se tiene control absoluto sobre dónde y cómo impacta en el clima, y aún se hacen pruebas en donde se encienden las antenas y posteriormente se observa el clima global buscando anomalías. Luego, por estadística, intenta inferir un modelo que describa las alteraciones que producen las ondas de radio.
De ser cierto, el sólo hecho de que se intente algo así, sería de una irresponsabilidad brutal, y de lograrse, otorgaría un poder obsceno al país que pueda controlar el clima a su antojo. Lo más peligroso, es que el proyecto sea impulsado por el ejército, pues todo el buen potencial que tiene algo así (y vaya que se podrían hacer cosas buenas con esto), se tira por la borda al ser pensado como arma.
Esto nos conduce irremediablemente a repensar nuestra influencia en la solución de nuestros problemas ambientales y climáticos. ¿Sirve de algo que haya cambiado los focos incandescentes por ahorradores? ¿Sirve de algo que me transporte en bicicleta pensando en que no calentaré la atmósfera al no usar coche?
Aún siendo posible el control del clima, pienso que si sirve todo lo que podamos hacer. ¿Por qué?
Simplemente por que es un acto de consciencia, y la consciencia es indispensable para lograr cualquier cambio positivo en nuestras vidas, y en la Tierra misma.
El hecho es que las lluvias, las sequías, el calor del verano y el frío del invierno son más intensos. La temperatura del mar se ha elevado, lo que disminuye la concentración de oxígeno, lo que mata a las algas, con lo que muere la fauna marina. Además, los agroquímicos tienen como destino último el mar, donde fertilizan al fitoplancton y alteran su concentración provocando un efecto dominó en todas las cadenas tróficas del océano, y si fuera poco, se pesca más de lo que el océano puede recuperar, más la navegación, más los accidentes petroleros. Y así podría seguir con el resto del planeta.
No conformes con lo que la ciencia ha comprobado y re-comprobado, también hay otros rumores y teorías que suenan descabelladas, pero que bien podrían tener algo o mucho de verdad. Hablo principalmente del proyecto HARP. El hecho es que en Alaska, en un lugar apartado de la civilización, el ejército estadounidense tiene un conjunto de antenas con una potencia gigante. Ninguna aplicación conocida requiere de semejante potencia para una transmisión. El gobierno estadounidense y su ejército no hablan mucho del tema y los detalles se mantienen como información confidencial. Al parecer, Estados Unidos no es el único país que ha construido algo así, pues hay información de que al menos en China, Israel y Rusia hay algo parecido. Los rumores sugieren que éstas antenas transmiten en frecuencias de radio bajas, y que su objetivo es transmitir energía a la ionósfera, donde cederían su energía para calentar una sección de la ionósfera, lo que elevaría dichas partículas, provocando una zona de baja presión y exceso de partículas cargadas eléctricamente, lo que produciría cambios en el clima de algún lugar.
Hay quien dice que a través de ésta técnica se pueden producir tormentas, sequías e incluso monzones o huracanes. Se dice también que aún no se tiene control absoluto sobre dónde y cómo impacta en el clima, y aún se hacen pruebas en donde se encienden las antenas y posteriormente se observa el clima global buscando anomalías. Luego, por estadística, intenta inferir un modelo que describa las alteraciones que producen las ondas de radio.
De ser cierto, el sólo hecho de que se intente algo así, sería de una irresponsabilidad brutal, y de lograrse, otorgaría un poder obsceno al país que pueda controlar el clima a su antojo. Lo más peligroso, es que el proyecto sea impulsado por el ejército, pues todo el buen potencial que tiene algo así (y vaya que se podrían hacer cosas buenas con esto), se tira por la borda al ser pensado como arma.
Esto nos conduce irremediablemente a repensar nuestra influencia en la solución de nuestros problemas ambientales y climáticos. ¿Sirve de algo que haya cambiado los focos incandescentes por ahorradores? ¿Sirve de algo que me transporte en bicicleta pensando en que no calentaré la atmósfera al no usar coche?
Aún siendo posible el control del clima, pienso que si sirve todo lo que podamos hacer. ¿Por qué?
Simplemente por que es un acto de consciencia, y la consciencia es indispensable para lograr cualquier cambio positivo en nuestras vidas, y en la Tierra misma.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
La degustación de la música y sus gadgets
Hay pocas cosas más universales que la música. La variedad de géneros, estilos, formatos, artistas y medios es tan amplia como la variedad de escuchas. Han nacido y muerto formatos, tecnologías y géneros, mientras que muchos se fueron y volvieron, y otros llegaron y no se fueron, y al parecer nunca se irán. Como para muchas otras cosas, el siglo XX fue una total revolución para la música: surgieron la mayoría de los géneros que escuchamos y tecnológicamente pasamos de los tambores rotatorios de Edison a los viniles, a las cintas magnéticas, a los casettes de 8 tracks, a los casettes "normales", al CD, al MP3 y a todas las variedades de audio digital actuales. Así, la música evolucionó junto con la sociedad y la tecnología.
Como pasa generalmente con la tecnología, se pensó que nuevo significa también mejor, y al llegar la era digital se despreció lo analógico, pero como era de esperarse, el arte de la tecnología analógica está siendo revalorada y llega para ocupar el lugar que jamás debió haber perdido. El arte ancestral de los formatos analógicos (el disco de vinil) y la electrónica analógica tanto de estado sólido (transistores) como los bulbos, tienen un lugar especial en el amplio espectro de la tecnología, y es fundamental entenderlos para apreciar su valor, y el valor que agregan a la música en nuestros tiempos.
Un poco de electrónica...
Esto es lo que hago todos los días: estudiar electrónica. Me encanta y me gusta compartirlo, pero intentaré no saturar mi blog con la aridez de la información técnica. Aún así, en este punto necesito explicar someramente el asunto de los bulbos y los transistores:
Ambos pueden ser usados para amplificar señales. En audio este uso es indispensable, pues la señal que se obtiene de cualquier fuente (reproductor de CD, DVD, tornamesa, mp3, ...) es muy pequeña y necesita ser amplificada y ganar potencia para que pueda sonar a través de una bocina. Ambos pueden amplificar gracias a que con poca energía pueden controlar una cantidad mucho mayor de energía (eléctrica, claro). Mientras que los bulbos son grandes, frágiles, caros y necesitan mucha energía para funcionar, misma que desperdician en forma de calor, los transistores son pequeños, resistentes, eficientes y requieren de muy poca energía. Sin embargo, los transistores generan ruido eléctrico que no generan los bulbos y además, los bulbos tienen un comportamiento más lineal (no hay otra forma de decir eso). Esas dos características los ponen por encima de los transistores en algunas aplicaciones.
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Un poco de electrónica...
Esto es lo que hago todos los días: estudiar electrónica. Me encanta y me gusta compartirlo, pero intentaré no saturar mi blog con la aridez de la información técnica. Aún así, en este punto necesito explicar someramente el asunto de los bulbos y los transistores:
Ambos pueden ser usados para amplificar señales. En audio este uso es indispensable, pues la señal que se obtiene de cualquier fuente (reproductor de CD, DVD, tornamesa, mp3, ...) es muy pequeña y necesita ser amplificada y ganar potencia para que pueda sonar a través de una bocina. Ambos pueden amplificar gracias a que con poca energía pueden controlar una cantidad mucho mayor de energía (eléctrica, claro). Mientras que los bulbos son grandes, frágiles, caros y necesitan mucha energía para funcionar, misma que desperdician en forma de calor, los transistores son pequeños, resistentes, eficientes y requieren de muy poca energía. Sin embargo, los transistores generan ruido eléctrico que no generan los bulbos y además, los bulbos tienen un comportamiento más lineal (no hay otra forma de decir eso). Esas dos características los ponen por encima de los transistores en algunas aplicaciones.
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En estos tiempos conviven los formatos digitales con compresión (mp3, mp4, ogg, flac,...), los discos ópticos (CD, SACD, DVD-A) y el vinil. Cada uno tiene su lugar y momento...
Así como uno no desayuna guajolote con mole o no saca unas galletas y una barra de queso azul untable como snack entre clases, o no lleva una cantimplora llena con vino tinto cuando sale a caminar al campo, de la misma manera, uno no escucha Winsin y Yandel o Hillary Duff en vinil, ni a Miles Davis o Pat Metheny en mp3. Tampoco uno pone como despertador a Venom (aunque haya quien lo hace) ni hace ejercicio escuchando a Intocable ni pone en el lobby de un hospital u hotel a José José.
Así como hay categorías en los vinos, también las hay en la música y en la forma de escuchar música. El vino de garrafa es terrible para acompañar un buen platillo pero fabuloso para la sangría o para cocinar con él. Así, no es que el vino de garrafa sea del todo malo, sino que hay que saberlo usar, pues a su vez sería un pecado mortal usar un buen vino francés de reserva y buen tiempo de guarda para un clericot.
El lugar de un buen disco de vinil en una tornamesa de calidad conectada a un amplificador de bulbos hi-fi y a su vez a unas bocinas de precisión, es una sala bien acondicionada: con suficiente aislamiento acústico, cero eco, asientos muy cómodos y buena compañía. Y el momento para hacerlo, es cuando se tenga la serenidad suficiente para que lo único que importe sea la música y se tenga la sensibilidad suficiente para recibir todo lo que puede transmitir una buena pieza. Se requieren conocimientos de música y de tecnología así como suficiente sensibilidad para poder apasionarse de esta manera. Aquellos que desarrollan la pasión por la música y la tecnología del audio, saben que el bulbo no es mejor que el transistor ni el vinil que el CD, pero ambos son de alguna extraña manera más humanos. El aspecto casi ritualístico de escuchar un vinil es un encanto difícil de entender si nunca se ha experimentado. La buena música que se escucha así, adquiere una estética más natural, como dice una canción de Rush: "Closer to the heart". Sin embargo, tanta magia tiene un precio, pues hay que desembolsar mucho más de lo que harías bajando una canción de iTunes a tu iPod, y se requiere de tiempo, cuidado y dedicación. Si no puedes percibir la diferencia en la calidad del sonido entre un mp3 a 96 bits y un SACD ni la diferencia entre la calidad de composición de Pink Floyd contra una de Tokyo Hotel, no tiene sentido que vayas mas allá del práctico mp3. Por esta razón yo no compro vinos de más de $200: ni mi paladar ni mis conocimientos enológicos dan para percibir la diferencia entre éstos vinos y vinos más caros. Vamos, uno de $400 no me sabe el doble de bien que uno de $200, así que no vale la pena que yo gaste más.
En resumen, soy un fanático, y eso es bueno
Así como uno no desayuna guajolote con mole o no saca unas galletas y una barra de queso azul untable como snack entre clases, o no lleva una cantimplora llena con vino tinto cuando sale a caminar al campo, de la misma manera, uno no escucha Winsin y Yandel o Hillary Duff en vinil, ni a Miles Davis o Pat Metheny en mp3. Tampoco uno pone como despertador a Venom (aunque haya quien lo hace) ni hace ejercicio escuchando a Intocable ni pone en el lobby de un hospital u hotel a José José.
Así como hay categorías en los vinos, también las hay en la música y en la forma de escuchar música. El vino de garrafa es terrible para acompañar un buen platillo pero fabuloso para la sangría o para cocinar con él. Así, no es que el vino de garrafa sea del todo malo, sino que hay que saberlo usar, pues a su vez sería un pecado mortal usar un buen vino francés de reserva y buen tiempo de guarda para un clericot.
El lugar de un buen disco de vinil en una tornamesa de calidad conectada a un amplificador de bulbos hi-fi y a su vez a unas bocinas de precisión, es una sala bien acondicionada: con suficiente aislamiento acústico, cero eco, asientos muy cómodos y buena compañía. Y el momento para hacerlo, es cuando se tenga la serenidad suficiente para que lo único que importe sea la música y se tenga la sensibilidad suficiente para recibir todo lo que puede transmitir una buena pieza. Se requieren conocimientos de música y de tecnología así como suficiente sensibilidad para poder apasionarse de esta manera. Aquellos que desarrollan la pasión por la música y la tecnología del audio, saben que el bulbo no es mejor que el transistor ni el vinil que el CD, pero ambos son de alguna extraña manera más humanos. El aspecto casi ritualístico de escuchar un vinil es un encanto difícil de entender si nunca se ha experimentado. La buena música que se escucha así, adquiere una estética más natural, como dice una canción de Rush: "Closer to the heart". Sin embargo, tanta magia tiene un precio, pues hay que desembolsar mucho más de lo que harías bajando una canción de iTunes a tu iPod, y se requiere de tiempo, cuidado y dedicación. Si no puedes percibir la diferencia en la calidad del sonido entre un mp3 a 96 bits y un SACD ni la diferencia entre la calidad de composición de Pink Floyd contra una de Tokyo Hotel, no tiene sentido que vayas mas allá del práctico mp3. Por esta razón yo no compro vinos de más de $200: ni mi paladar ni mis conocimientos enológicos dan para percibir la diferencia entre éstos vinos y vinos más caros. Vamos, uno de $400 no me sabe el doble de bien que uno de $200, así que no vale la pena que yo gaste más.
En resumen, soy un fanático, y eso es bueno
martes, 24 de agosto de 2010
Sobre poblacion pt. 2
Lo dije antes y lo digo ahora: somos demasiados y para solucionar el 90% de los problemas de la humanidad es indispensable que seamos menos, pero, ¿por qué somos tantos?
Con excepción de aquellos concebidos por un tipo con bata y guantes en una caja de petri (si, deprimente), todos somos el resultado del mismo viejo proceso de la reproducción humana. El cual, visto desde la biología, es una genialidad si la finalidad de la reproducción es perpetuar la especie en un entorno difícil, como lo es para la mayoría de las especies. Por ejemplo: los pingüinos tienen que caminar más de 160 km en el invierno ártico dos veces y pasar 150 dias sin comer para poder tener un pollo de pingüino, las tortugas tienen que poner decenas de huevos porque al salir, el 90% de las crías no duran más de un día, las gacelas tienen que ponerse en pie el mismo día en que nacen y poder huir de los guepardos pocos días después. En fin, ser animal es una joda perpetua, por eso, para ellos lo más importante después de conservar la propia vida, es perpetuar la especie, así, el sexo está diseñado para el estilo de vida animal: para ser no sólo importante, sino fundamental e irrenunciable.
Así como domesticamos al fuego para que cocinara nuestra comida y fundiera nuestros metales, domamos a los microorganismos para que nos dieran vinos y quesos, al viento para mover nuestros molinos, a las plantas para que nos dieran sus frutos y semillas, así adaptamos al sexo a nuestra vida civilizada y lo convertimos en un arma de muchos filos y le dimos más aristas que una escultura de Sebastián, haciendo de la reproducción una entre muchas.
Si el sexo sólo doliera y fuera asqueroso en todas sus facetas (Dios nos libre), ya nos habríamos extinto. Por esto es que digo que una de las razones por la que somos tantos, es porque el reproducirnos es una actividad formidable.
Pero, ¿es eso válido como justificación a la sobrepoblación en estos tiempos?
No, claro que no.
A éstas alturas de nuestro desarrollo, contamos con la tecnología, el conocimiento y el nivel de progreso moral necesario para que la reproducción sólo sea un acto voluntario con un margen de error menor al 1%. Los anticonceptivos son variados y baratos, especialmente si comparamos con el precio de una dotación de pañales.
En la realidad (nuestra realidad), no importa que tantas formas haya para evitar la procreación, pues hace falta educación para que la existencia de los anticonceptivos nos sea útil, y ni siquiera me refiero a la educación sexual la cual es sin duda necesaria, sino a la educación sin más. Ya hablaré sobre la educación y sus demonios (parafraseando a Sagan y recordando a Elba Esther), pero aquí debo puntualizar que me refiero a la educación en una forma extensiva, integral y holística. Me refiero a una educación que incluye a la que se imparte en las escuelas y en el hogar, pero se refiere más bien a la educación que la sociedad imparte a sus conformantes a través de todos los medios posibles. De esta manera, es fácil comprender que la educación con la que cuenta la mayoría es inútil, insuficiente y retrógrada mucho antes de llegar a temas tan complejos como la sexualidad, la sociedad o la sobrepoblación.
Así las cosas, es indudable que muchos nacimientos no fueron planeados o deseados, y sin tratar de adivinar un porcentaje preciso, me atrevo a decir que éste es alto. Aún así, queda otro porcentaje de aquellos nacimientos deseados, y en para éstos, la pregunta es: ¿por qué?
Parece que las razones más comunes para tener hijos son tan insensatas como:
"Soy altamente infeliz pero con hijos seré feliz"
"Mi matrimonio es un asco... tengamos hijos"
"Mi pareja no me ama, pero lo hará... porque tendrá un hijo conmigo"
"Tod@s mis amig@s tienen hijos"
entre otras...
Claro que nadie admitirá conscientemente que tiene razones como estas, sin embargo; no hace falta mucha observación para darse cuenta cuando es así. Éstas y otras razones comunes son altamente egoístas, y en una segunda lectura, es fácil darse cuenta que en todas el centro de la idea es "yo", cuando que el tener un hijo debiera ser uno de los actos menos egoístas (vamos, como en la naturaleza: recuerda a los pingüinos).
Ésta es la razón más importante y grave por la cual somos tantos: nos vale madres el otro... aún siendo nuestros propios hijos. Nos vale madres no poder darles lo básico: amor, alimento, educación, salud, recursos suficientes, oportunidades, etcétera. Nos vale madres que este planeta ya no sea suficiente para ellos, y si mostramos tan poco interés en quienes debieran ser depositarios de lo mejor de nosotros, ¿qué se puede esperar hacia los hijos de los demás?...
Con excepción de aquellos concebidos por un tipo con bata y guantes en una caja de petri (si, deprimente), todos somos el resultado del mismo viejo proceso de la reproducción humana. El cual, visto desde la biología, es una genialidad si la finalidad de la reproducción es perpetuar la especie en un entorno difícil, como lo es para la mayoría de las especies. Por ejemplo: los pingüinos tienen que caminar más de 160 km en el invierno ártico dos veces y pasar 150 dias sin comer para poder tener un pollo de pingüino, las tortugas tienen que poner decenas de huevos porque al salir, el 90% de las crías no duran más de un día, las gacelas tienen que ponerse en pie el mismo día en que nacen y poder huir de los guepardos pocos días después. En fin, ser animal es una joda perpetua, por eso, para ellos lo más importante después de conservar la propia vida, es perpetuar la especie, así, el sexo está diseñado para el estilo de vida animal: para ser no sólo importante, sino fundamental e irrenunciable.
Así como domesticamos al fuego para que cocinara nuestra comida y fundiera nuestros metales, domamos a los microorganismos para que nos dieran vinos y quesos, al viento para mover nuestros molinos, a las plantas para que nos dieran sus frutos y semillas, así adaptamos al sexo a nuestra vida civilizada y lo convertimos en un arma de muchos filos y le dimos más aristas que una escultura de Sebastián, haciendo de la reproducción una entre muchas.
Si el sexo sólo doliera y fuera asqueroso en todas sus facetas (Dios nos libre), ya nos habríamos extinto. Por esto es que digo que una de las razones por la que somos tantos, es porque el reproducirnos es una actividad formidable.
Pero, ¿es eso válido como justificación a la sobrepoblación en estos tiempos?
No, claro que no.
A éstas alturas de nuestro desarrollo, contamos con la tecnología, el conocimiento y el nivel de progreso moral necesario para que la reproducción sólo sea un acto voluntario con un margen de error menor al 1%. Los anticonceptivos son variados y baratos, especialmente si comparamos con el precio de una dotación de pañales.
En la realidad (nuestra realidad), no importa que tantas formas haya para evitar la procreación, pues hace falta educación para que la existencia de los anticonceptivos nos sea útil, y ni siquiera me refiero a la educación sexual la cual es sin duda necesaria, sino a la educación sin más. Ya hablaré sobre la educación y sus demonios (parafraseando a Sagan y recordando a Elba Esther), pero aquí debo puntualizar que me refiero a la educación en una forma extensiva, integral y holística. Me refiero a una educación que incluye a la que se imparte en las escuelas y en el hogar, pero se refiere más bien a la educación que la sociedad imparte a sus conformantes a través de todos los medios posibles. De esta manera, es fácil comprender que la educación con la que cuenta la mayoría es inútil, insuficiente y retrógrada mucho antes de llegar a temas tan complejos como la sexualidad, la sociedad o la sobrepoblación.
Así las cosas, es indudable que muchos nacimientos no fueron planeados o deseados, y sin tratar de adivinar un porcentaje preciso, me atrevo a decir que éste es alto. Aún así, queda otro porcentaje de aquellos nacimientos deseados, y en para éstos, la pregunta es: ¿por qué?
Parece que las razones más comunes para tener hijos son tan insensatas como:
"Soy altamente infeliz pero con hijos seré feliz"
"Mi matrimonio es un asco... tengamos hijos"
"Mi pareja no me ama, pero lo hará... porque tendrá un hijo conmigo"
"Tod@s mis amig@s tienen hijos"
entre otras...
Claro que nadie admitirá conscientemente que tiene razones como estas, sin embargo; no hace falta mucha observación para darse cuenta cuando es así. Éstas y otras razones comunes son altamente egoístas, y en una segunda lectura, es fácil darse cuenta que en todas el centro de la idea es "yo", cuando que el tener un hijo debiera ser uno de los actos menos egoístas (vamos, como en la naturaleza: recuerda a los pingüinos).
Ésta es la razón más importante y grave por la cual somos tantos: nos vale madres el otro... aún siendo nuestros propios hijos. Nos vale madres no poder darles lo básico: amor, alimento, educación, salud, recursos suficientes, oportunidades, etcétera. Nos vale madres que este planeta ya no sea suficiente para ellos, y si mostramos tan poco interés en quienes debieran ser depositarios de lo mejor de nosotros, ¿qué se puede esperar hacia los hijos de los demás?...
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